El movimiento 15M: la revolución de los hijos de las feministas. María-Milagros Rivera Garretas

Fotografía de Periodismo Humano



La revolución que ha traído al mundo el feminismo -la única revolución sin sangre de las muchas sangrientas del siglo XX- consistió en traer al mundo el final del patriarcado en casas de todo tipo: corrientes, pobres, excétricas, ricas, de lenguas variadísimas... En las últimas semanas, esta revolución ha salido a la calle y a las plazas. De esta manera, ha hecho algo que distingue a las revoluciones políticas de las mujeres: el mejorar lo público llevándole gratis et amore algo de riqueza de los personal.. Lo vemos en el cuidado por el detalle, en el respeto a lo otro y en la perseverancia en la paz que están distinguiendo a los encuentros de todo tipo del movimiento 15M.

Sin embargo, esta gran revolución no es una revolución de las hijas de las feministas sino de los hijos. Son los hijos de las feministas los que están llevando a lo público el enriquecimiento personal y la sabiduría política aprendida en casa de sus madres y abuelas y en la escuela de sus compañeras y de sus maestras, feministas o no. Por eso está siendo una revolución que llena a casi todo el mundo de esperanza. Pues cuando muchos chicos u hombres se inclinan por la no-violencia y por el cuidado y la atención a lo otro, la sociedad respira y, respirando, confía. Muchas mujeres y chicas los acompañamos, sin duda, porque reconocemos en ellos las prácticas que hacemos y amamos, pero el reconocimiento lo es si se dirige a algo otro, no a un espejo en el que yo me miro, perdiendi así el sentido de la alteridad, que es -el sentido de la alteridad, de lo otro- lo único que hace que una revolución no sea sangrienta.

¿Por qué es el 15M una revolución de los hijos de las feministas, y no de sus hijas? Porque no ha tomado conciencia de la sexuación humana, aunque algunos estén empezando. La toma de conciencia de la sexuación humana es una fuente de riqueza política que esta revolución no conoce. Por eso se expresa, casi siempre, en un lenguaje pretendidamente neutro, pretendidamente universal, que da la casualidad de que coincide con el lenguaje masculino y es lenguaje históricamente masculino. Si en las calles y en las plazas hay y solo hay mujeres y hombres, niñas y niños, chicas y chicos ¿por qué hablar en masculino? Porque no ha habido una toma de conciencia de la sexuación humana y de su riqueza. Esta alteridad, la gran alteridad que es el otro sexo (que en el patriarcado era el sexo opuesto, pero hoy no, mas que en residuos del patriarcado) está ausente del movimiento 15M. Por eso, el contrapunto  del 15M lo dan los asesinatos cada vez más continuos de mujeres por su pareja o expareja hombre, asesinatos ante los que la gente nos quedamos sin palabras. Este horro es su contrapunto porque la desesperación del que mata a la que ha amado es el signo (el grito de socorro) de que algo fundamental falta en las conciencias masculinas de nuestro tiempo, algo que, en mi opinión, es la política de lo simbólico, es decir, del sentido libre de la vida y de las relaciones. Falta la toma de conciencia de que todo en la vida es sexuado, también la revolución y, por tanto, también su lenguiaje. Si se expresan en masculino, es porque hablan de una revolución masculina, ahora maravillosamente postpatriarcal, que algunas mujeres estamos acompañando y que puede poner al día la masculinidad y su política.

María-Milagros Rivera Garretas. Barcelona, 3 de junio de 2011.

Comentarios

  1. esta mujer lo peta todo..
    gracias por compartir querida Patri
    LOVE

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