Emily

 Emily Dickinson

"Ocurrió en Amherst, en 1886.
Cuando Emily Dickinson murió, la famila descubrió mil ochocientos poemas guardados en su dormitorio.
En puntas de pie había vivido, y en puntas de pie escribió. No publicó más que once poemas en toda su vida, casi todos anónimos o firmados con otro nombre.
De sus antepasados puritanos heredó el aburrimiento, marca de distinción de su raza y de su clase: prohibido tocarse, prohibido decirse.
Los caballeros hacían política y negocios y las damas perpetuaban la especie y vivían enfermas.
Emily habitó la soledad y el silencio. Encerrada en su dormitorio, inventaba poemas que violaban las leyes, las leyes de la gramática y las leyes de su propio encierro, y allí escribía una carta por  día a su cuñada, Susan, y se la enviaba por correo, aunque ella vivía en la casa de al lado.
Esos poemas y esas cartas fundaron su santuario secreto, donde quisieron ser libres sus dolores escondidos y sus prohibidos deseos".

Eduardo Galeano. Espejos. p. 214.


1755

Para hacer una Pradera se necesita un trébol y una abeja,
Un trébol, y una abeja,
Y el ensueño.
Con el ensueño bastará,
Si las abejas escasean.


Emily Dickinson. . Poema traducido por Ana Mañeru Méndez.


Cuando leo los poemas de Emily Dickinson veo su libertad, libertad en el campo, en la naturaleza, en sus ensueños, en sus palabras.

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